enero 20, 2025

A causa del calentamiento del planeta, entre los meses de julio de 2023 y junio de 2024, los expertos han observado con gran preocupación que unas 200 especies de plantas en Cataluña han florecido cuando no les tocaba.

El papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) es un ave pequeña, un clásico que alegra y engalana con su porte y vuelo los veranos europeos. Los inviernos los pasa,religiosamente , en el oeste de África, en una zona próxima al golfo de Guinea, donde las temperaturas suelen ser más amenas. Cuando su reloj interno (y solar) se lo indica, emprende el regreso a Europa para comenzar allí su temporada reproductiva. Este acontecimiento clave coincide con el tiempo del nacimiento de su fuente principal de alimento para esta nueva etapa, las orugas, que nacen por millones en perfecta sincronía para convertirse en su festín al tocar tierra. Sin embargo,los biólogos han constatado que, en los últimos tiempos , los papamoscas cerrojillos están llegando muy tarde a la fiesta de bienvenida que les prepara la naturaleza.

Lo cierto es que , estas hermosas aves no han variado sus fechas de viaje, pero ha ocurrido que la llegada de la primavera, con su variedad de flores e insectos, sí se ha adelantado en el continente europeo (principalmente en el norte). Por ello, cuando los papamoscas tocan tierra, las orugas brillan por su ausencia y el éxito de su temporada de reproducción disminuye en picada. Un estudio científico publicado en la prestigiosa revista Nature en 2006 ya hacía referencia a esta situación. Puntualmente, mencionaba cómo las poblaciones de papamoscas cerrojillo habían decrecido de forma abrupta en los Países Bajos. La culpa, sostenían, era el aumento exponencial de las temperaturas en la región a consecuencia del cambio climático.

Pero su caso está lamentablemente, muy lejos de ser único. Los cambios que han acontecido y están aconteciendo en la fenología (la relación que existe entre los factores climáticos y los comportamientos y ciclos de los seres vivos) son hoy la norma marcando con su fuerte impronta la vida de los animales y plantas que deben sufrir a su modo el cambio climático. 

Las flores en los tiempo del cambio climático

Los datos, que fueron recopilados por los más de 1.000 voluntarios del observatorio ciudadano RitmeNatura de la Universidad Autónoma de Barcelona, indican que alrededor de unas 6.000 especies de plantas evidencian desajustes graves. Estos van desde los vistos en árboles frutales y vides hasta en las zarzas, jaras y amapolas. Muchas de estas especies experimentan adelantos en su floración y también tienen segundas floraciones fuera de la estación que por su ritmo natural les corresponde.

La principal consecuencia que esta situación acarrea para las plantas ,es el malgasto energético que sufren. Por ejemplo, al florecer antes de tiempo hace que las flores se malogren y no den fruto o, porque el calor no es suficiente o debido a que los insectos encargados de polinizarlas no están aún activos. Si esto ocurre, cuando les llega el momento natural para florecer, probablemente no poseean la energía suficiente para hacerlo.

Por otro lado, y dado que en los ecosistemas todo está interconectado, los efectos producto de las alteraciones en la fenología de las plantas repercuten en los ciclos de la vida que sostienen. Si la flor sale cuando no está el polinizador , la planta por ende se queda entonces sin polinizar, pero también es altamente probable que, cuando el polinizador haga su entrada en escena, no encuentre su comida tal como debería ser. Y, si un pájaro que debe alimentarse de ese insecto o de sus larvas, a consecuencia sufrirá también esta situación. Así, el malgasto de energía y de agua que transita una especie afecta a toda la cadena trófica.

El impacto en la vida de los hombres

“A los humanos esta situación también nos impacta , nos afecta,  dado que si se da una floración pobre durante el tiempo de  primavera porque las plantas florecieron también en el otoño, por consiguiente la producción de frutos también decrecerá. Muchas especies de frutales así también  como los castaños y  los almendros han visto una caída importante en su productividad. Además, por otro lado, también se han ido alterando las épocas en que se da la recolección de frutos, como está sucediendo con la vendimia, que cada vez se debe realizar antes. Todo impacta y repercute en el conjunto y la solución es una sola , frenar el cambio climático, ya y ahora”, cerró el Dr, Gerard Gaya, líder del proyecto de RitmeNatura.