Los recursos oceánicos no son infinitos. El uso y la explotación respetuosa de las riquezas que ofrece el mar debe ser de máxima prioridad para todas las Naciones del mundo. Greenpeace presenta los planteos innovadores dentro del paradigma llamado “economía azul” y sus resultados recientes.
La «economía azul» es un término específicamente utilizado para referirse al desarrollo sostenible basado en los recursos oceánicos. Esto quiere decir que, si se considerara a la economía azul como una economía nacional más, ésta sería en importancia, la séptima más grande del mundo. Y, si el océano fuera un país, sería miembro del G7.
Su radical importancia se encuentra en que el océano es el ecosistema más grande del mundo, cubriendo el 70% de la superficie terrestre.Y, como servicio ambiental, su papel es crucial ya que proporciona el 50% del oxígeno que respiramos y es el mayor depósito de carbono natural. Pero a pesar de ello, durante muchos años no se lo consideró como tal.
La existencia de este gigante se ha considerado permanente o infinita, y sólo se lo ha tenido en cuenta para su explotación como fuente de recursos naturales.Pero, sin embargo, su permanencia como recurso sano y explotable no está garantizada y debemos proteger la rica biodiversidad marina para poder conservarla en el futuro.
Hoy se hace urgente detener la destrucción de los hábitats marinos, proteger a muchas especies de la sobrepesca y del flagelo de la contaminación plástica y además, procurar frenar contrareloj el aumento de la temperatura de las aguas debido al cambio climático.
Su gran valor e importancia también se debe a que grandes industrias como la del turismo y la explotación pesquera dependen en todo el mundo, de la conservación de su buen estado y la protección de sus recursos para subsistir. Se estima que la economía marítima genera entre 3,5 y 6 billones de dólares al año, según datos recopilados por Naciones Unidas.
¿Qué es la «Economía azul» ?
El término fue acuñado por el economista belga Gunter Pauli. El Dr. Pauli desarrolló este concepto por primera vez en su libro «La economía azul» (2009), dónde recopila datos e ideas de un informe más amplio que escribiera para el prestigioso comité del Club de Roma. Allí, el Dr. Pauli utilizó el término “economía azul” para promover un nuevo modelo económico que respete y cuide el medio ambiente y al océano en primera medida.
En su libro, también describió 100 innovaciones que podrían introducir nuevos métodos de producción sostenible y para utilizar los recursos marinos en pos de crear nuevos empleos en todo el mundo.
«El 70% de la población mundial vive cerca del mar y pierde la mayor parte de sus beneficios», afirmó el Dr. Pauli en su libro. El resto del mundo lo utiliza como gran vertedero de basura.
Muchas empresas simplemente comprueban qué tipos de peces se pueden capturar y qué tipos de desarrollo de minas marinas se pueden realizar sin ir más lejos. dijo el Dr. Gunter Pauli.
El Banco Mundial como agente del cambio
La economía azul sigue un nuevo sistema económico que utiliza y explota los recursos naturales del océano. En este contexto, el Banco Mundial expresó su posición, señalando que «los recursos del mar deben utilizarse de manera sostenible para promover el crecimiento económico, mejorar la calidad, mejorar aún más la vida y los recursos laborales, logrando al mismo tiempo la conservación de los recursos marinos».
Las diversas perspectivas que abarca la economía azul se pueden resumir en tres modelos generales: La primera es una visión fuerte, apoyada por ONGs y centrada en la protección, conservación y recuperación de todas las actividades relacionadas con el medio marino.
En segundo lugar, existe una opinión que ve el océano como una oportunidad de negocios, como las industrias turísticas , pesqueras y las médicas como los grandes laboratorios, que ven en el océano una fuente de materias primas a extraer.
En tercer lugar, está la visión que abarca a todas las comunidades que consideran el océano como una forma de vida y viven cerca del océano, que pueden ser ejes de grandes desarrollos a menor escala pero que pueden ser muy importantes para las pequeñas economías costeras.
Proyecto de Economía y Finanzas “Azules”
Los proyectos que forman parte de la economía azul se financian principalmente a través de inversiones y organizaciones públicas y privadas como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El PNUD ha recaudado más de 1.500 millones de dólares en 20 años para la restauración y protección de los océanos en un total de 150 países.
Un caso emblemático dentro del proyecto de “Economía Azul Sostenible” ocurrió en Costa Rica y en algunos países del Caribe. El plan tenía como objetivo apoyar y alentar a las comunidades de pesca artesanal locales con el objetivo de crear áreas de pesca marina para preservar y proteger los recursos del mar y fundamentalmente, fortalecer sus economías incipientes.
Con una gestión adecuada ante las autoridades gubernamentales los pescadores de las comunidades costeras pudieron solicitar que su área de pesca marítima sea designada como zona de pesca «responsable». De esta manera, los pescadores locales o artesanales pudieron separarse económicamente de los grandes intermediarios que obtenían rédito de su trabajo y recibir una compensación económica justa por su pesca diaria, pudiendo a la vez, desarrollarse, crecer y crear otras fuentes de empleo en la misma comunidad.