Para la Organización de Naciones Unidas Latinoamérica es una de la regiones del mundo que presentan mayor vulnerabilidad a la hora de enfrentar el cambio climático.Sin embargo, esta fragilidad puede constituirse en su fortaleza si se actúa a tiempo.
América Latina es en la actualidad, la región más desigual del planeta. Pero, también en lo referente a las especies de fauna y flora que alberga, es una de las más biodiversas del mundo. Hoy ,su gran variedad de animales y plantas corren serios riesgos de desaparecer.
Sin embargo, para los científicos esta situación puede ser la clave de una transformación crucial que va del eje de lo vulnerable para convertirlo en fortaleza. De su fragilidad puede surgiruna región fuerte y con grandes chances de restaurarse, según indican los expertos.
«La riqueza de la diversidad biológica en América Latina, al encontrarse en una situación de amenaza, puede desempeñar un papel crucial en la búsqueda de soluciones a este desafío. Esta región alberga una amplia variedad de ecosistemas que brindan valiosos «servicios ambientales» y contribuyen a estabilizar el clima de manera natural» afirmó Marcelo Korkc, Encargado de la Unidad de Cambio Climático de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Una defensa natural frente al flagelo del cambio climático
El especialista hace referencia a que estosecosistemas «pueden actuar como sumideros de emisiones de CO2 y de otros gases causantes del efecto invernadero».
Por este motivo, procurar conservar estos territorios en América Latina es una de las metas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que cobró forma con el proyecto de creación de las llamadas “reservas de biósfera”.
Estas regiones representativas de los diferentes hábitats del planeta, incluyen tanto ecosistemas marítimos como terrestres y fueron seleccionadas por científicos por su crucial importancia a nivel de estabilizadores ambientales. En total se seleccionaron 700 regiones del mundo y en América Latina hay 132 de ellas.
Estos territorios son reconocidos internacionalmente, pero están bajo la soberanía de sus respectivos países y aún, no fueron resguardados por ningún tratado y por lo tanto, no están preservados de la explotación del hombre.
Funciones básicas que cumple una reserva de biósfera
«Una reserva de biósfera es un territorio donde se exploran formas de desarrollo sustentables, de producción y conservación de saberes locales de pueblos originarios para poder convivir en armonía con los ritmos que marca la madre naturaleza», indica Serena Heckleri, co-directora de los programas para la mitigación del cambio climático en América Latina y el Caribe (UNESCO).
La UNESCO sigue ampliando su Red Mundial de Reservas de biosferas. En total, las seleccionadas abarcan poco más del 5% de toda la superficie del globo. Y, en las regiones de América Latina las reservas están distribuidas en 22 países.
México es el país con más reservas de biosferas de América Latina, con un total de 42 reservas nacionales. La superficie en total se extiende a casi 63 millones de hectáreas. La primera fue creada en la árida región chihuahuense, al norte del país. Otras reservas muy importantes de México están en la zona del Alto Golfo de California, en dónde al norte se encuentra la reserva de la Mariposa Monarca y al sur, la de Tehuacán-Cuicatlán.
Todas las reservas de biósferas son igualmente importantes
La Argentina ocupa el segundo lugar de América Latina con más reservas de biósferas, 15 en total. Las mismas están distribuidas en todas las regiones de su territorio e incluye a los glaciares patagónicos. Chile tiene en la actualidad un total de 10 reservas de biósferas, de las cuales cinco millones de hectáreas fueron adheridas en 2019.
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Ecuador posee siete reservas. La más importante se ubica en la zona del Parque Nacional Yasuní, con casi una superficie de un millón de hectáreas, una de las más importantes del mundo en materia de reservas de la biosfera.
En menor proporción se ubica Cuba con seis; Colombia y Perú, con cinco ; Honduras y Costa Rica con cuatro y siete tiene Brasil.La lista se completa con Bolivia, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Paraguay con tres reservas. Luego Panamá , Haití, Uruguay y Venezuela con dos reservas y por último República Dominicana con una sola reserva de biosfera.
Cada unidad o reserva de biósfera busca coordinar tres funciones principales e interconectadas: la conservación, el desarrollo y el apoyo logístico de la región de la cual forma parte . También, cada reserva apunta a ser una alternativa y una solución para los problemas ambientales cruciales de hoy . Los científicos afirman que si se logra conservar la biodiversidad de estas unidades, se podría garantizar que la naturaleza pueda auto-regularse en aquellas instancias o momentos en los que acontezca alguna situación de colapso o emergencia ambiental. Por ello, urgen llevar adelante acciones coordinadas para preservar de cualquier explotación por parte del hombre de estas reservas de biosferas en todo el mundo.