La pandemia que recientemente le ha tocado atravesar a la humanidad por el COVID-19 ha puesto en evidencia la importancia de uno de los servicios más fundamentales que las áreas naturales saludables brindan a la humanidad: un verdadero amortiguador natural contra el brote de nuevas enfermedades.
Los que quieran profundizar en este aspecto pueden revisar las más recientes publicaciones científicas que resultan muy esclarecedoras.
1. La primera referencia importante es el #PandemicsReport (Informe de la Pandemia 2020) de la IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services, ) que constituye uno de los estudios más sólidos desde la óptica científica sobre los vínculos entre el riesgo de pandemia y la naturaleza desde el inicio de la pandemia del COVID-19.
Los científicos encargados de elaborar el informe hacen referencia a cómo los legisladores pueden reducir el riesgo de propagación de nuevos agentes patógenos reduciendo los contactos entre la vida silvestre, el ganado y los seres humanos. En esta vía, las medidas que se recomiendan incluyen la conservación de áreas protegidas y la puesta en marcha de políticas concretas que limiten la explotación indiscriminada de áreas con alta biodiversidad.
2) Un análisis académico que fuera publicado a fines de 2020 indicó las redes de áreas protegidas que son administradas de manera eficaz e igualitaria,constituyen verdaderas reservas de respuestas naturales para disminuir el riesgo de futuras pandemias zoonóticas. Los científicos dejaron asentado que, al mantener la integridad del ecosistema, las áreas protegidas son un elemento vital que resulta clave en la amortiguación de la aparición de nuevas enfermedades.
3) En una investigación publicada en la revista Science en julio de 2020 , un grupo de 17 científicos concluyó que la creciente tasa de propagación de enfermedades a la población humana está directamente relacionada con la pérdida y fragmentación sin precedentes de los bosques de las zonas tropicales y el creciente comercio de animales salvajes. En su análisis, los investigadores evaluaron el costo de vigilar y prevenir esta propagación, y estimaron que el costo de la prevención sería muy inferior a los costos (tanto económicos como en términos de vidas humanas) de combatir a estos patógenos una vez que han aparecido y desparramado su acción en el planeta.
La importancia de la preservación de áreas marinas protegidas ante los desequilibrios medioambientales.
Los científicos y ambientalistas a lo largo y ancho del mundo, han establecido como de fundamental importancia el papel que desempeñan las áreas marinas protegidas . Estas zonas son clave a la hora de brindar seguridad alimentaria y otros beneficios a los hombres .A muchos , les puede preocupar que el crecimiento y expansión de las áreas protegidas pueda reducir la cantidad de alimentos disponibles para el abastecimiento alimenticio de las personas que viven en esas áreas y sus alrededores. Pero , los científicos han demostrado que en realidad el proceso es sumamente beneficioso y constituye un resguardo en todos los sentidos imaginables para los habitantes de esas regiones.
En este sentido, presta evidencia un estudio publicado en noviembre de 2020, en dónde un grupo de investigadores ratificó que la ubicación estratégica de áreas marinas protegidas (MPAs) en zonas pesqueras sobreexplotadas puede tener importantes beneficios tanto para la conservación como para el suministro de alimentos. Se ha podido concluir que realizar una expansión estratégica del 5 % de la red mundial existente de MPAs puede mejorar la captura de peces en el futuro en al menos un promedio del 20 %.
Otro informe recientemente publicado estudió las zonas abiertas en el océano a lo largo de 7,000 km de costa del sur de Australia y reveló que las áreas parcialmente protegidas (que permiten cierto grado de pesca) no tenían más peces invertebrados o algas que las zonas de pesca abiertas; y que tampoco se percibió que tuvieran una mayor abundancia de vida marina que las zonas abiertas. Por ello, los científicos determinaron que solo las zonas sin captura o pesca, que fueron totalmente protegidas , restauraron la biodiversidad y aportaron beneficios alimenticios a la población local y sus alrededores.