Un reciente estudio realizado por el equipo de científicos de la NASA ha puesto de relieve que la ganadería argentina, al contrario de lo que muchos piensan, no contamina el medio ambiente.
Las mediciones de la huella de carbono que produce la actividad ganadera alrededor del mundo son el foco de atención de la comunidad científica internacional y en particular de la NASA.
Los enfoques tradicionales para obtener las mediciones totales de carbono que emite un país, se realizan en la actualidad mediante el recuento y la estimación de la cantidad de dióxido de carbono que emiten todos los sectores que forman parte de su economía , desde el transporte hasta la agricultura. Gracias a estos resultados, es que ha sido posible cuantificar en qué porcentaje se encuentra el dióxido de carbono presente en la atmósfera en un determinado país . Este recuento posibilita tomar acciones de regulación de emisiones de CO2 en cada sector económico y supervisar los esfuerzos que sean necesarios aplicar a su reducción sustancial en cada área en que sea necesario.
En el caso puntual del estudio en relación a las emisiones de carbono realizado por la NASA, este partió de un enfoque innovador. A diferencia del enfoque evaluativo tradicional que deja de lado un dato sustancial como es la incorporación del dióxido de carbono al suelo, la NASA propuso un enfoque “descendente”.
Un enfoque original llamado “descendente”
Este enfoque , bautizado como ‘enfoque descendente’ considera a las diferentes actividades económicas como parte de un ciclo de intercambio global de emisiones, y por ello destaca que la ganadería argentina tiene todo por ganar.
La explicación de este enfoque , la NASA lo sostiene partiendo a su vez de un estudio publicado al respecto en el sitio Earth System Science Data en donde figuran las mediciones realizadas por la misión Orbiting Carbon Observatory-2 (OCO-2). El estudio realiza un seguimiento al detalle , tanto de las emisiones de combustibles fósiles como de los cambios totales en las «reservas» de carbono de cada ecosistemas, incluidos suelos, árboles y arbustos. Los datos que se han obtenido son muy relevantes para seguir la huella de las fluctuaciones de dióxido de carbono relacionadas con el cambio de la cubierta terrestre. Aunque la misión OCO-2 no fue únicamente calcular las emisiones de carbono de los distintos países, los resultados de los más de 100 países relevados llegan con una buena noticia, especialmente para la Argentina.
Las novedades publicadas en el informe de la NASA han revelado que la Argentina es uno de los pocos países del mundo que aparece con balance positivo en materia “huella de carbono”. El informe explica que esto es así gracias a la captura de carbono que se da en las zonas conocidas como «tierras de pastoreo» ( arbustales, pastizales, bosques etc.).
La Argentina y su huella de carbono
Las razones concretas indican que la ganadería argentina es parte de un ecosistema natural como tal, la ganadería es una de las actividades principales que lleva al agro argentino a ser un actor esencial en la gestión de la fotosíntesis y en la recuperación del CO2 de la atmósfera en el ciclo natural del carbono.
El proceso ‘natural’ tiene su origen gracias al consumo de las vacas que se alimentan en gran proporción en nuestro país de pasturas y pastos naturales. A su vez, estos recursos forrajeros, han tomado inicialmente del aire, el dióxido de carbono como parte de la ejecución de su sistema de fotosíntesis. Las vacas por su parte, digieren el carbono que contiene el pasto eliminando metano a la atmósfera. Pero el metano que ellas generan está “ conformado ” en base al carbono que obtienen del pasto que consumieron previamente y que permanecerá entre 10 a 12 años en la atmósfera. Pasado esa ventana de tiempo, el metano se transformará en agua y dióxido de carbono, que será absorbido de modo natural a través de la fotosíntesis por los pastos naturales y pasturas. Y, es así como el ciclo positivo se reinicia una y otra vez.
La Argentina, es en la actualidad,uno de los países que posee mayor superficie de pastizales naturales que existen en el planeta . Los datos suministrados por la NASA ponen en evidencia que los sistemas de producción de carne del país, van de la mano con otras ganaderías que son más intensivas o están más industrializadas . Las vacas de Argentina pastan en casi toda la extensión del territorio nacional y sus sustentos alimenticios tienen una baja incorporación de agroquímicos y fertilizantes químicos. Por ello, se puede sostener con gran entusiasmo y gran alivio, que la ganadería argentina se posiciona positivamente dentro de un nuevo paradigma productivo que va a tono con la ganadería sostenible que necesita el siglo XXI.