Un equipo de científicos del Reino Unido busca dar a conocer la rica biodiversidad del territorio colombiano al mundo. Un desesperado llamamiento mediante la difusión de su riqueza verde para que se revierta con proyectos alternativos, la gran devastación de la selva tropical y los bosques nativos.
Colombia es el segundo país del mundo con el mayor despliegue de biodiversidad en especies de fauna y flora. Lo asombroso, y a la vez entristecedor de este hecho, es que en la actualidad, en los lugares donde abundan las especies a modo de Edén o vergel selvático es donde se ubican los poblados o rancheríos más pobres del país.
Sin embargo,¿no debería ser esto al contrario? Es evidente que sí, al menos para la comunidad científica del Instituto Humboldt ( Reino Unido) que pasa su tiempo relevando y clasificando la infinita variedad de especies de las selvas de Colombia. Lo que este equipo de investigadores ha descubierto, es que la pobreza se trata sólo de ignorar las bondades naturales de los bosques y selvas tropicales , y en falta de iniciativas inteligentes que puedan transformar en oportunidad de desarrollo, tanta riqueza inexplorada y desconocida para los propios colombianos.
También, los científicos buscan llamar la atención acerca de la deforestación acelerada de la cual es objeto hoy el país, en particular las selvas y bosques nativos para en su lugar, utilizar estas áreas como sitios aptos para levantar granjas de cría de porcinos y áreas para desarrollos ganaderos.
Una iniciativa científica sin precedentes
La propuesta alternativa del equipo de biólogos del Instituto Humboldt ,es crear una cadena de valor y aprovechamiento de la biodiversidad de la selva colombiana en base a emprendimientos locales, cuya comercialización llegue a las ciudades y al mundo. Lo que se busca de modo imperioso, es visibilizar a estos pequeños emprendedores que pueden estar ubicados físicamente en áreas remotas del país, para que logren de este modo, ponerse en contacto con los potenciales consumidores o compradores de sus productos naturales y artesanales al 100%.
La región en la que se ha trabajado en una prueba “proyecto piloto” conocida como la Serranía de las Quinchas , es un lugar en donde abundan las especies y en la los lugareños usan unas inflorescencias de una planta a la que llaman mámeras para hacer un manjar culinario. Esas influorescencias son asadas en sus condimentos y se obtiene un plato nutritivo y proteico sin igual, además de ser una exquisitez. Esta receta no se conoce en ningún otro lado de Colombia, es única de esta región.
Los científicos apuestan a que si alguien pusiera el “know how” para su desarrollo, sería una oportunidad fantástica para la cocina de Colombia. No sólo para la gente del lugar que podría ganar dinero , desarrollarse y además aportar todo el cúmulo de saberes culinarios que el mundo desconoce, sino que también, a nivel cultural, sería una posibilidad única de tomar contacto con la riqueza de aromas y delicias que saben preparar los habitantes de Las Quinchas, y que Colombia y el mundo desconocen.¿Pero cómo un chef de un restaurante en Bogotá puede enterarse que esa planta se consume, cómo se consume y llegar a adquirir al producto?
Apostar a que funcione la cadena de valor
Aquí es dónde entra en juego el papel o función primaria de la red de cadena de valor , en dónde todos los chefs del mundo podrán enterarse o investigar acerca de la existencia de esas plantas comestibles únicas, de quienes ofrecen ese producto, y cómo proceder para ponerse en contacto directamente con la comunidad productora , esa persona u organización que las elabora o comercializa.
Lo que sucede hoy en día , es que en muchos casos , los empresarios en vez de ver el bosque como una oportunidad de desarrollo sostenible lo ven como un obstáculo para otras actividades más rentables en el corto plazo , y entonces se tala el bosque para usar esas áreas para actividades ganaderas o para proyectos de minería a cielo abierto que son muy perjudiciales y contaminantes.
Una vez que los investigadores del Instituto Humboldt hayan construido la plataforma técnica para crear esta red de cadena de valor se buscará implementar en tres regiones de Colombia bastante diversas en sus características y particularidades.
La gran gesta comenzará cuando el equipo de científicos del Instituto Humboldt (Reino Unido) llegue a Colombia para realizar las expediciones de diversidad con el apoyo de las comunidades locales.En cada sitio se estudiarán las variedades más frecuentemente empleadas , su uso puntual y forma de elaboración para en un paso posterior, trabajar con los lugareños aportando su visión y conocimientos científicos para lograr un buen producto final.
Aquellas personas que deseen ser parte de la red de cadena de valor para comercializar sus productos obtenidos de manera sostenible serán el motor de este gran sueño. Los investigadores del Instituto Humboldt los ayudarán a realizar los contactos y a vincularse con los interesados en otras áreas del país y del mundo Luego, también se hará un monitoreo del cambio en la calidad de vida en las comunidades de las cuales procedió cada micro emprendimiento y sus productos.
Si esta primera prueba piloto funciona, la apuesta es que el proyecto pueda replicarse en toda Colombia y de este modo, servir como modelo para el desarrollo de propuestas similares en otros países del mundo que poseen abundante biodiversidad y ella se encuentre amenazada o no. Poder frenar a tiempo la pérdida de la biodiversidad en Colombia y su aprovechamiento en proyectos sustentables es la meta final.