
La veloz expedición de un buque científico derivó en apenas 45 días de exploración, en el descubrimiento de cinco especies asombrosas nunca antes vistas por el ojo humano. Los científicos a cargo de la expedición a los abismos marinos quieren hoy, junto a Greenpeace, alertar a los gobiernos acerca de la urgente necesidad de proteger a la biodiversidad más desconocida del planeta antes de que la industria minera destruya su hogar natural.
Las empresas mineras que en la actualidad están en la búsqueda de los llamados metales raros para producir baterías, han anunciado que se preparan para explorar y explotar los sitios más profundos en los océanos conocidos como los abismos marinos.
Hecha pública esta nueva campaña minera para el sondeo de los fondos marinos, los científicos se han lanzado a una urgente carrera de exploración de estos sitios antes que lleguen las máquinas perforadoras y destruyan este ecosistema aún desconocido. Los biólogos marinos saben que las llanuras abisales son zonas marinas prácticamente inexploradas y suponen que en esos sitios remotos podría haber incontables especies que el hombre no ha conocido aún.
En una carrera contrarreloj, un equipo de investigadores de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, y el instituto NORCE para la Ciencia y la Exploración, realizó una expedición conjunta a las regiones de las llanuras abisales. Una llanura abisal es, básicamente, una extensión de terreno llano ubicada en las zonas más profundas de los océanos y mares del planeta. Se encuentran a una profundidad que ronda entre los 3000 y 7000 metros de profundidad y se estima que componen aproximadamente alrededor del 50 % del fondo del océano.
Llanuras abisales, hogar de especies asombrosas
Los esfuerzos y la carrera contrarreloj por encontrar la mayor cantidad de especies en el fondo del mar antes que lleguen las maquinarias y causen daño y alteraciones irreparables a la biodiversidad de estas áreas, han dado buenos resultados. En el océano Pacífico, entre el área marina ubicada entre México y Hawái, el buque de investigación James Cook descubrió cinco nuevas especies nunca antes vistas por el ojo humano en tan solo 45 días de expedición.
En palabras del investigador Thomas Dahlgren, líder del proyecto, el hallazgo de una nueva anémona que habita en las llanuras abisales del Pacífico, fue una proeza similar comparable a cuando los primeros naturalistas se enfrentaron a un nuevo mundo en el siglo XVIII (América) . Sin embargo, esta vez, los méritos del hallazgo se deben al uso de la tecnología de punta que permitió el despliegue de drones marinos ultrarresistentes equipados con cámaras de alta definición para explorar los suelos del mar.
En las llanuras abisales todo es oscuridad, no hay luz y apenas si hay comida. No es un territorio donde abundan peces o algas. Aun así, la vida en este lugar, se las ha ingeniado para contar con organismos simples que se alimentan de desechos orgánicos mediante particulares mecanismos de filtración. Durante la expedición del buque científico se han conseguido hallazgos asombrosos como la identificación de nuevas especies de esponjas y pepinos de mar.
Proteger la biodiversidad del fondo marino debe ser una prioridad
Las fotos tomadas por los drones son fascinantes y asombrosas. Cada una, da cuenta de la belleza y lo maravilloso que es el mar y su abundante biodiversidad. Las fotos muestran pepinos de mar totalmente transparentes y con cola, esponjas de mar que poseen forma de copa, crustáceos alargados similares a los gusanos de tierra firme, estrellas de mar, variedades de anémonas y una llamativa especie de pepino de mar rosado. Este último animal se desplaza por los fondos marinos como si tuviera pies con dedos inflamados.
Tal como habían supuesto los biólogos marinos, las profundidades del océano se encuentran colmadas de vida aún por descubrir, tarea imposible de abarcar en apenas 45 días de intensa labor. Los científicos sostienen que los gobiernos deberían conocer e interiorizarse acerca del valor de los ecosistemas de las llanuras abisales antes de otorgar concesiones para la explotación minera. Afirman además, que es imperativo seguir mapeando la abundante biodiversidad que guardan estas zonas, ya que una evaluación de impacto correcta es imperiosa y necesaria antes de iniciar cualquier tipo de sondeo para la explotación minera.
