septiembre 30, 2025

En América Latina, la extrema vulnerabilidad en que se encuentra la biodiversidad, es un llamado de alerta a los países para que, de modo urgente, se diseñen estratégias conjuntas para poner freno a su deterioro y pérdida acelerada. Un compromiso ineludible de cara al futuro y un legado vital que se debe cuidar para las próximas generaciones. 

Conocer la riqueza que albergan los países y regiones del mundo, abre las puertas para su correcta valoración y protección.Por ello, a la hora de hablar de biodiversidad, América Latina y sus países se ubican en los primeros lugares, aunque si bien, esto es motivo de orgullo, también debe ser motivo de responsabilidad. En esta región, desafortunadamente, la biodiversidad se pierde a un ritmo mucho más acelerado que en otras partes del planeta y por otro lado, los expertos evidencian que es mucho más vulnerable y menos apta en su conjunto para enfrentar los embates del cambio climático. 

América Latina, sus selvas, humedales, bosques nativos y especies autóctonas son el mayor tesoro de la región, una riqueza incomparable que brinda recursos alimenticios, materias primas y sostiene industrias claves para la economía. Además, el contacto con la naturaleza es para las personas, una fuente invaluable de bienestar y salud integral. Sin embargo, tal  como  en efecto dominó, todo puede desmoronarse ante los embates futuros del cambio climático que ha puesto al hombre de hoy en una encrucijada vital, donde la respuesta es una sola : actuar urgente , con las estrategias adecuadas y el conocimiento adecuado, algo que la humanidad como sociedad global posee de sobra.

Greenpeace pone en foco que los países más biodiversos de América Latina, que aún poseen selvas tupidas , mares y ríos ricos en seres vivos, hoy ven que muchas de estas especies van poco a poco ingresando en la lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, (UICN), la autoridad internacional más destacada en la materia. En este Libro Rojo, las maravillas de las selvas y los bosques, van siendo catalogadas como en peligro de extinción o en peligro crítico, un llamado de atención que busca decirle al mundo en de seguir en la senda actual, las especies , el orgullo de los países, apagarán su fulgor. 

Un llamado urgente  y necesario para  la protección de la biodiversidad

El Programa que lleva adelante Naciones Unidas para el Medio Ambiente, ha dejado constancia que alrededor del 60% de toda la vida marina y también de agua dulce, se encuentra en Latinoamérica. La mayor parte de esta abundancia natural está alojada en la región de la Amazonía , una de las zonas más amplias del planeta que abarca diferentes países y que en sus ecosistemas -una increíble red natural interconectada en lo que respecta a plantas y animales- provee una salvaguarda al equilibrio de la Tierra , una herramienta poderosa para preservar especies que pueden ser la clave de un resurgimiento de la vida, en una etapa futura. 

Por otro lado, toda la biodiversidad de la región, tan particular como única que se ha desarrollado en cada rincón de América Latina, debido a que es una red compleja e interconectada, puede irse incrementando de modo paulatino, gracias a la gran variedad de climas y ecosistemas que posee a lo largo de toda su extensión. Como ejemplo, la Patagonia tanto la occidental como la oriental, es uno de los mejores ejemplos, donde la abundancia de un ecosistema como la turba , además de sus diferentes pastizales, alberga una variedad de especies únicas pero en extremo vulnerables al calentamiento global. Del mismo modo, en Centroamérica, en los mares tropicales del Caribe, los extensos arrecifes de coral que son ecosistemas únicos que alimentan una amplia variedad de especies marinas y se han convertido en el hábitat de miles de especies marinas, se encuentran en estado agónico debido a su alta vulnerabilidad y fragmentación debido a las altas temperaturas marinas.

Por ello, desde Greenpeace en América Latina buscamos visibilizar la falta de estrategias coordinadas a nivel regional para la salvaguarda de la biodiversidad en la región. Si bien, se han dado grandes avances en puntos clave como es el desarrollo de fuentes de energía limpia, renovable , que no contaminan y no profundizan el deterioro del medio ambiente, aún queda un largo camino por transitar.