Un estudio reciente , realizado por la Universidad de Vermont da cuenta de un fenómeno de montaña que puede hacer de los bosques, ecosistemas más resistentes al cambio climático y a las altas temperaturas al que se le conoce como “inversión térmica». Hoy con Greenpeace conoceremos de qué se trata este fenómeno que trae esperanza para las especies de árboles de las zonas más frías.
Las cimas de las montañas por sentido común y por evidencia científica, fueron consideradas siempre más frías que los valles que descansan a sus pies. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Vermont, Estados Unidos, altera esta ecuación y encuentra que los valles al pie de las altas cumbres pueden ser tan fríos como la misma cima.
El nuevo estudio publicado en la revista científica Ecology and Evolution, trae a la luz un fenómeno actual que tiene lugar en los bosques de montaña. Este evento climático consiste en que, al interior de los bosques ubicados en las laderas y valles , a pocos metros del suelo, se experimenta una «acumulación de aire frío». Este particular evento climático, en el que el aire frío en elevaciones más altas drena hacia las zonas bajas , se le conoce como de “inversión térmica” .
«Con las inversiones de temperatura en la alta montaña y valles , también vemos inversiones en la vegetación», destaca Melissa Pastore, autora del estudio e investigadora de la Universidad de Vermont. Encontrar especies arbóreas de montaña correspondientes a zonas altas y frías como los abetos, en zonas bajas como son los valles, es algo que nos ha sorprendido enormemente a los científicos. Encontramos justo lo contrario de lo que como investigadores expertos esperábamos encontrar : un gran bosque de abetos al pie de la montaña”.
Cómo sacar provecho ambiental del fenómeno de inversión térmica
Este fenómeno para los expertos, como lo expresa la Dra Melissa Pastore , «puede ser de gran ayuda ya que permite preservar las especies de árboles propias de climas del frío a medida que el clima del planeta vaya en aumento y por ende, los ejemplares arbóreos de la alta montaña comiencen a perecer «.
La bióloga añade además que, conservar estos lugares hoy, puede proporcionar el tiempo suficiente para que las especies de abetos de los climas fríos, se adapten exitosamente al cambio climático. Esto puede ocurrir ya sea que migren o que puedan mezclar genes con sus vecinos para asumir los rasgos necesarios que le permitan sobrevivir en un mundo que tendrá un clima más cálido. De esta manera, afirma Pastore, «estos focos o puntos estratégicos de hábitat frío pueden emplearse como trampolines para algunas especies, que serán la clave de su existencia en el futuro, pueden darle la oportunidad y ganarles ese tiempo crucial para propiciar su desarrollo adaptativo exitoso»
Para los científicos que han estudiado el fenómeno, estos bosques de aire frío » no son refugios completamente seguros para todas las especies de la alta montaña porque el cambio climático también tendrá lugar allí», pero la ventaja es que en estos lugares, el cambio climático podría realizarse de modo más lento, y tal vez, algunas especies que de otro modo podrían desaparecer en un clima de temperaturas más cálidas, permanecerán más tiempo en el planeta gracias a la existencia de estos sitios» explica la investigadora.
Una esperanza para la preservación de especies arbóreas de frío
La investigación ha sido un aporte muy relevante para evaluar las estrategias de conservación más importantes y urgentes, en un mundo que desafía el futuro ante un clima cambiante. Los ecólogos buscan hoy con ímpetu predecir lo que les puede suceder a las especies que requieren condiciones frías para subsistir para diseñar estrategias de mitigación y preservación ante los impactos negativos.
El trabajo ha supuesto un cambio de perspectiva hacia un enfoque esperanzador, afirma Pastore. «Estoy emocionada de que, de alguna modo, estos hallazgos sean una buena noticia para la evolución y adaptación de las especies de árboles de la Tierra.Estas áreas frías en los valles de montaña pueden ayudar a que persistan muchas especies que hoy viven en climas fríos y que de otra manera, desaparecerían». Y añade: «Gran parte de mis investigaciones como científica le explican al mundo por qué tienen lugar eventos negativos en la naturaleza, así que esto es diferente, es una buena noticia. Estos lugares existen en nuestro planeta. Podemos usarlos para preservar y diseñar un futuro diferente. Son muy importantes. Claramente están dando la estructura base de los bosques y la biodiversidad del mañana» cerró la científica.