enero 20, 2025

Científicos alertan que el aumento de las temperaturas oceánicas pone en peligro a gran parte de la biodiversidad marina. Si no retroceden las altas temperaturas, se prevén nuevas extinciones masivas de especies marinas en un lapso de tiempo muy acotado.

El hombre ha creado un escenario del todo complejo que involucra en el corto plazo, consecuencias dramáticas para su supervivencia en el planeta Tierra. Como dice la frase con acertada ironía: “Estos tiempos son tan modernos que podrían ser los últimos”. Sin embargo, el hombre común , en la actualidad, sigue haciendo oídos sordos a una naturaleza que se encuentra devastada en gran medida, por la incesante labor humana de seguir acumulando gases de efecto invernadero y no frenar de plano el rumbo certero hacia un derrotero que avizora, una gran catástrofe ambiental cuyas señales ya no pueden ser ignoradas. 

Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, los registros de la temperatura terrestre obtenidos en los primeros días de junio y julio de 2023 marcaron un nuevo y alarmante récord histórico. Los valores tomados indicaron que fueron los días más calurosos registrados en el siglo, que apenas lleva 23 años de comenzado. 

Sin embargo, estos valores no sorprendieron a la comunidad científica mundial que lleva más de tres décadas alertando a la humanidad que debe frenar de inmediato los procesos que llevan al calentamiento global, si quiere evitar catástrofes ambientales o en definitiva , si quiere procurar un planeta habitable para las generaciones futuras. 

Un planeta que arde

Los expertos afirman que alrededor del 90% del exceso de calor generado por el cambio climático producto de las actividades industriales se ha almacenado al interior del océano. De hecho, datos recientes indican que la tasa de acumulación de calor se ha duplicado en las aguas del mar del planeta durante las últimas dos últimas décadas.

Ante esta acuciante situación, los pronósticos no son alentadores. De hecho, se cree que las olas de calor al interior de los océanos pueden agravarse, ir en aumento y empeorar aún más la vida de los ecosistemas marinos que en la actualidad, se encuentran deteriorados por otros flagelos que tampoco parecieran tener fin en el corto plazo como es la problemática de la contaminación plástica. 

A los expertos les preocupa que las olas de calor del océano puedan afectar sin retorno a la vasta biodiversidad marina, cuyas interconexiones son complejas y difíciles de descifrar ante las adaptaciones y estrategias que la naturaleza pone en juego para autorregularse y sobrevivir. Sin embargo, muchos ecosistemas marinos de zonas profundas son muy frágiles y el calor los desequilibra y mata en cortos períodos de tiempo , como es el caso de los arrecifes de coral. 

Preocupación de los científicos ante este fenómeno 

Dan Smale, quien es un reconocido ecologista marino perteneciente a la Sociedad Británica de Biología Marina y miembro del Grupo de Trabajo e Investigación Internacional de Olas de Calor Oceánicas,explica las complejidades de este fenómeno. Smale afirma que las ráfagas de calor que acontecen en el interior del mar, cuando son cortas y rápidas,no permiten a las especies activar sus mecanismos de defensa o adaptatorios para responder satisfactoriamente a los cambios imprevistos. 

Si las olas de calor, por el contrario, ocurrieran de modo paulatino y lento, darían el suficiente tiempo a las especies para poder redistribuirse , es decir trasladarse hacia aguas más templadas, lo que permitiría a las más frágiles una chance mayor de supervivencia. “En el Atlántico Norte, por ejemplo , debido al intenso calor intraoceánico ya puede verificarse una disminución dramática del fitoplancton, un hecho en particular grave ya que este elemento es una fuente vital de sustento para miles y miles de especies” afirma Smale 

Tanto el fitoplancton como el krill, y otras especies de mar son cruciales debido a que proporcionan la mayor parte de la energía necesaria para mantener la cadena alimentaria de las especies marinas de los ecosistemas que ellas mismas sustentan. Además, el fitoplancton contribuye de modo significativo a la absorción global de CO2 que tiene lugar en la superficie de los océanos. La masa de fitoplancton a nivel global, se calcula que triplica la superficie del Amazonas y como servicio climático , aporta el mismo circuito de saneamiento de la atmósfera, actuando como una gran masa de aspiración del CO2 del aire terrestre. 

En general, los expertos opinan que la presencia continua de las olas de calor oceánicas, es una señal alarmante acerca de cómo está avanzando el cambio climático. Smale sostiene que incluso, si los hombres dejaran de emitir CO2 a la atmósfera hoy, los océanos continuarían calentándose en los próximos años. Por lo cual , el científico afirma que el océano tal como es conocido hoy día, tiene un pronóstico reservado.